Cansada de que todo, TODO me salga mal.
Cansada, cansadísima, de llamar al destino una y otra vez para que me acompañe algún día, pero nunca está.
A dónde fue mi buena suerte?
A dónde fue mi fe?
A dónde fue ese talento que solía sentir dentro de mí?
A dónde fue ese optimismo del que estaba tan orgullosa?
Porque cuando me desplomo sobre mi cama, desilusionada por el día que tuve, cierro los ojos y pienso en cómo me gustaría que las cosas fueran, que todo fuera distinto, que todo cambiara. Pienso en mi mala fortuna, en mis sueños más profundos que quedan por cumplir.
¿Es que acaso el destino, eso de los que todos están agradecidos porque los hizo conocer a las personas mas valiosas o los llevó a lograr sus sueños, no me encuentra? ¿No me quiere? ¿No le interesa?
Lo único que pido:
Una cita con el destino
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