Si alguien me preguntara qué es lo más triste que puede haber, yo creo que eso serían las despedidas. Ese momento en el que sabes que esa persona no va a estar a tu lado por un largo rato, o para siempre. Creo que es de esas situaciones en las que te invade el dolor porque un ser querido se aleja de tí y no sabes cuándo volverás a verlo, o cuánto lo extrañarás.
Extrañar... ese sentimiento tan feo pero dulce, que te demuestra a quienes quieres de verdad. Que te duele, porque sientes la necesidad de tener a esa persona a tu lado cuando se encuentra tan lejos de tí. Que sufres, porque te recuerda que tienes un vacío en tí. Que padeces, porque incluso te puede hacer llorar. Que te alegra, porque te hace notar cuánto significa esa persona para tí. Que te hace sonreír, porque luego de tanta espera sabes que cuando veas a esa persona serás increíblemente feliz.
Extrañar no tiene brazos, pero aprieta muy fuerte el corazón.